Con este ritual sencillo pero poderoso, atraerás la energía necesaria para cobrar esa deuda pendiente y recuperar tu dinero.
Prepara tu altar:
- Al atardecer: Busca un lugar tranquilo en tu hogar donde puedas crear un altar.
- Elementos esenciales: Coloca un vaso de agua a medio llenar, una varilla de incienso, una vela amarilla y otra blanca (preferiblemente pequeñas para que se consuman más rápido). Deja un espacio entre las velas para colocar una flor blanca, idealmente una rosa.
- Simbolismo: Pasa la rosa por el fuego de ambas velas sin quemarla ni que eche humo. Solo busca que la llama la acaricie suavemente.
- Más elementos: Añade una moneda de poco valor junto a la flor y una lenteja. En el agua, echa un poco de sal marina y tierra, dejando espacio para los restos del incienso y las velas.
- Petición clara: Toma una hoja de papel en blanco y escribe en el centro tu deseo: cobrar la deuda.
- Oración con fe: Reza una oración que te inspire y conecte con tu intención. No importa la oración que elijas, lo importante es la fe que pongas en ella.
- Consumación y unión: Cuando las velas y el incienso se hayan consumido, échalos al vaso de agua. Dobla o enrolla la hoja de papel con tu deseo y átala con hilo o cinta amarilla.
- Lleva contigo el poder: Guarda la hoja atada durante una semana, llevándola contigo como un amuleto para atraer la energía necesaria.
Agradecimiento y cierre:
- Gratitud: Independientemente de si tu deseo se cumple o no en esa semana, reza una oración de agradecimiento por la oportunidad de realizar el ritual.
- Despedida: Quema la hoja de papel envuelta en el hilo con otra vela amarilla y desecha los restos.
- Destino de la flor: Coloca la rosa en un recipiente y deja que se marchite naturalmente.
- Moneda de la suerte: Guarda la moneda como símbolo de tu buena fortuna y prosperidad. El resto del ritual (lenteja y recipiente) puedes desecharlo.
Repite el ritual si es necesario:
Si la deuda sigue sin cobrarse, puedes repetir el ritual tantas veces como lo necesites. Recuerda siempre hacerlo con fe y convicción, visualizando el cobro exitoso de tu deuda.